El amor transforma

Capítulo 9

El carro se desvió de la carretera y seguimos por un camino empedrado y y gris, así anduvimos hasta que no se escuchara ni un ave, frenó el carro y apagó el motor, se quedó pensando mientras miraba el tablero y volteó a verme...

-Esto es lo que haremos

Regresarás, pero esta vez no será a tu casa, tienes que estar muy concentrada porque tendrás que aparecer en España, del otro lado del mundo, así que necesito de verdad que lo tomes muy enserio ¿ok?

-De acuerdo, tu solo dime que es lo que tengo que hacer.

-Voy a tomar tu frente, ahí aparecerán 3 lugares que tendrás que grabarte de memoria, en cuanto desaparezcan respirarás profundo y te enfocarás en el primero, no abras los ojos, solo respira y vete a ese lugar, cuando abras los ojos tienes que despertar ahí, será la realidad, así que necesito que lo logres, es nuestra última oportunidad.

- Estoy lista

- Aquí vamos...

El primer lugar que apareció en mi mente, era un café, estoy segura que era el mismo donde había ido la primera vez que conocí a Ira, así que no podía olvidarlo, el segundo era solo la parte de afuera de un cuarto de hospital, habitación 313 y el último un muelle con una vista hermosa, a lo lejos un faro rojo que giraba y me deslumbrada con su luz cada que se dirigía a mi, respiré profundo y me vi ahí sentada mirando ese paisaje desde las entrañas de ese hermoso café, de pronto los ruidos se hacían cada vez más fuertes y claros, hasta que abrí los ojos y así era todo, mucha gente caminando a mi alrededor, platicando, ordenando, riendo, cubiertos golpeandose unos con otros, de repente una voz en mi cabeza...

-No hay que perder tiempo necesitas ir al hospital ¡YA!

Era Ira, vi una taza de café frente a mi y me la tomé de un trago, me levanté, busqué en mis bolsillos y encontré un billete de 50 y lo dejé sobre la mesa para después salirme corriendo, ya en el camino me reí porque dije" estamos en Europa aquí mi tostón no funciona para nada", suspiré después de reir sola y seguí preguntando si había un hospital cerca, hasta que llegué a un edificio inmenso que decía"Hospital Español" y sin dudarlo entré.

- A partir de aquí sigues sola, ya sabes lo que tienes que hacer, necesito detener el ritual lo más que pueda, todos ya llegaron, debo ir a distraerlos antes de que noten que no estás, cuando estés en el muelle lo sabré y estaré ahí para ayudarte a volver ¿de acuerdo?

-Con mucho miedo contesté... de acuerdo.

-Te amo, lo lograremos.

No pude contestar a su "te amo" aunque sí lo pensé mientras apretaba mis dedos sudados dentro de mis bolsillos.

-Dónde demonios está Ira. Helena gritaba como loca en el punto de reunión.

Ian le pedía que se calmara, que debía de estar cerca, cuando de pronto...

- Deja de gritar por favor Helena, me va a dar jaqueca.

-¡Maestro! Ya llegó, estamos retrasados con el plan...

- Va a haber un pequeño cambio de planes.

-¿Y Jimena?

-Llegará en unos momentos.

-Pero ya no tenemos tiempo, tendría que estar aquí ahora, si no lo hacemos, si no muere esta noche, el no tendrá su sacrificio y quedaremos atrapados aquí donde no hay mas que frío y repeticiones, no podremos decidir y esta será nuestra eternidad y...

-¡Puedes callarte! Ella vendrá solo son unos segundos más, no eres la única que sufre aquí, ella vendrá confío en ella...

-Bien, ahora dependemos de una chica perdida, bravo. ¿A dónde fue?

- Esta solucionando algo, aceptó el sacrificio así que le permití arreglar su asunto importante.

- Pues que lindo eres, hasta parecen buenos amigos.

-Acostumbrate a eso, estaremos juntos.

-Sabes perfecto que eso no se puede, ella morirá, nosotros aún tenemos esa oportunidad, no estamos muertos aún, tenemos una oportunidad más así que mejor sigamos los planes de cuando nos conocimos, el día que llegué recuerdo que nos sentamos a platicar y comenzamos todo esto, no te desvíes del plan, sabes perfecto cual es tu única opción.

- Si claro, la única opción. Hay que esperar a que regrese.

-Por qué me evades, ¿cambiaron los planes?

-¿Donde está Jimena?, ¡Ira! Que rayos está pasando, dime que no cometiste una estupidez.

Ira volteó a ver a Helena con una sonrisa extraña como la de un niño que acaba de hacer una travesura y ya no hay marcha atras...

-El amor transforma todo...

Continuara...